Más allá de cuatro esquinitas
Este mes estamos particularmente contentos de reencontrarnos con uno de nuestros autores más queridos: Jérôme Ruiller. Y es que, ¡hemos publicado otro de sus álbumes!: Ubú. Jérôme vuelve con la misma sencillez y genialidad que nos encandiló en Por cuatro esquinitas de nada. Pero esta vez tiene un nuevo reto: adaptar la obra de Alfred Jarry, Ubú rey, para los más pequeños. El resultado es un álbum sorprendente que nos permite hablar con los más pequeños sobre el poder, el individualismo y la importancia de la memoria histórica. Queremos aprovechar la ocasión para que conozcáis a este magnífico autor y desvelaros cómo concibió algunas de sus obras maestras que nuestra editorial ha publicado dentro de la colección Un mundo de diferencias.
Jérôme Ruillier nació en Madagascar. Nunca fue un gran estudiante y lograba pasar de curso en curso gracias a su talento en el dibujo y el deporte. La primera de estas dos pasiones fue la que lo llevó a estudiar Artes Decorativas en Estrasburgo, donde conoció a la que más adelante sería su mujer, Isabelle Carrier (autora, entre otros, de El cazo de Lorenzo). Confiesa haberse aburrido muchas veces durante su carrera (decantándose más por el alpinismo, pasión que descubrió durante sus años de estudio) sin acabar de encontrar su camino en el mundo artístico. Pero con el tiempo, Isabelle (quien se convirtió en una autora consagrada de libros infantiles) cambió su perspectiva sobre la literatura juvenil. Hasta el momento, Jérôme pensaba que esta se componía de simples libros para bebés, pero ella le hizo ver que los libros infantiles eran un instrumento fantástico para tratar todos los problemas de la sociedad.
Así fue como Jérôme descubrió la versatilidad de los álbumes ilustrados y, tras el nacimiento de sus dos hijas, Anouk y Mona, decidió convertirse en autor a tiempo completo. Su primer libro como autor e ilustrador fue ¡Hombre de color! Para hacerlo se inspiró en un poema senegalés que escuchó en la radio. Le encantó el ritmo del poema y le pareció estar escuchando un libro, pasando una página tras otra, y creyó que era una manera fantástica para abordar la temática del racismo para los niños.
Desde siempre, tanto a él como a su mujer, la temática de la “diferencia” les había parecido fascinante. Pero el nacimiento de su primera hija Anouk, con síndrome de Down, les abrió una puerta a un mundo que les asustaba, pero que, a su vez, creían que era extremadamente rico. La diferencia de su hija era perceptible en cada ámbito de su vida y el aprendizaje que han adquirido con esta diferencia ha terminado inundando la producción creativa de ambos.
Por ejemplo, Por cuatro esquinitas de nada nació tras el difícil proceso de integración de su hija Anouk en la escuela. Pese a haber elegido una escuela cuyo discurso integrador les gustaba, se dieron cuenta de que la integración en la escuela solo se concebía de una manera unidireccional, es decir, la única que se beneficiaba de entrar en este entorno era Anouk. Mientras que para Jérôme e Isabelle debía ser un intercambio:
«lo que es una diferencia para uno, debe ser una riqueza para el otro».
Tras muchos problemas, un día decidieron preguntarle a la directora del centro qué era lo que su hija había aportado a la escuela, y tras percibir su silencio, Jérôme vio que ahí había material para un libro. No quería centrar ese libro en la historia de su hija, sino en qué es lo que pasa cuando, por una razón o por otra, sentimos una diferencia en nuestra vida. Se dio cuenta de que, si utilizaba formas geométricas, la historia se despersonalizaba tras estos símbolos y tomaba mucho más protagonismo lo esencial, la metáfora: no es aquel que es diferente quien tiene que cambiar para ser normal, sino que lo que debe normalizarse es la diferencia.
Muchas de las ideas de sus álbumes nacieron de experiencias que ha vivido con sus hijas. Por ejemplo, cuando era niña, su hija Mona tuvo dificultades para compartir. Venían sus amigas a casa y a Mona le costaba dejarles sus juguetes. De este pequeño conflicto nació el libro, Aquí es mi casa, cuyo protagonista es un niño que, con una tiza, traza una línea en el suelo que nadie debe traspasar, pues es su casa. Pero uno tras otro, los personajes del cuento la traspasan y así, con una sencilla raya de tiza, además de enseñarle a su hija a compartir, el autor consigue universalizar el propósito y nos muestra la absurdidad de las fronteras en nuestro mundo.
Tras una pataleta de su hija que le generó a él una tensión, como un nudo en el estómago, se le ocurrió la idea que culminó en el álbum Papá, mamá, Anita y yo. Aquí nos habla del sentimiento de la ira como una cuerda demasiado tensa que, si se sigue tensando, corre el riesgo de romperse. A menudo es difícil poder entender sentimientos tan abstractos como la ira. Por eso, Jérôme intentó visualizar el sentimiento de la ira como una cuerda que se tensa, para que los niños pudieran apreciar este sentimiento de un modo en que les fuera más sencillo comprenderlo y destensarlo cuando apareciera.
En todos sus álbumes sigue el mismo proceso creativo: quitar los elementos superfluos y dejar solo lo esencial. Al plantearse álbumes de temáticas complejas, Jérôme siempre piensa en cómo puede tratar estos temas sin asustar a los más pequeños. Por ello muchos de sus álbumes suelen “rodear” estas temáticas, teniendo una historia y personajes potentes, que solo tocan los temas complejos de manera metafórica, nunca directamente y sin ninguna moralidad. Nunca persigue una intención dogmática, sino más bien busca impulsar al lector a la reflexión.
Además de ser autor de más de una veintena de álbumes, en los últimos años también ha explorado el campo del cómic y la novela gráfica para un público más adulto. Y juntamente con su mujer realizan talleres de pintura en guarderías, escuelas y bibliotecas con personas con discapacidad intelectual, así como otros proyectos colaborativos junto a personas con riesgo de exclusión social.
En Colombia el autor tuvo un encuentro con Graciela Prieto, experta en mediación de lectura, donde conversaron acerca de los libros ilustrados, la lectura con los niños y el trabajo creativo que hay detrás de los libros de Ruillier. Puedes verlo aquí: